Francis Bacon

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Francis Bacon nació en Dublín, Irlanda, 28 de octubre de 1909 y murió en Madrid, España, 28 de abril de 1992. Fue un pintor anglo-irlandés, de estilo muy personal que puede definirse como figuración expresionista.

Aunque nació en Dublín y toda su niñez transcurrió en Irlanda, se le suele considerar un pintor inglés debido a sus raíces familiares inglesas y a que desarrolló buena parte de su producción en Londres.

 

Su padre entrenaba caballos de carreras en Dublín, pero debido a la Primera Guerra Mundial tuvo que mudarse con su familia a Londres en 1914. Entre 1914 y 1925 la familia vivió entre Inglaterra e Irlanda.

La infancia de Francis Bacon no fue fácil. Padecía de asma crónica y tuvo una formación escolar irregular porque la enfermedad le impedía acudir al colegio. Fue expulsado de casa por su padre cuando tenía 16 años, al manifestar sus inclinaciones homosexuales.

En 1926 comenzó a tomar lecciones de dibujo en la St Martín School of Arts de Londres. A partir de 1927 vive entre París y Berlín, donde comienza a trabajar como decorador de interiores y es en esta etapa cuando empieza a pintar, no alcanzando el éxito con sus primeros cuadros.

Residió durante medio año cerca de Chantilly, alojado por una pianista y aficionada al arte que había conocido en una exposición en París. En esa época en Chantilly admiró el cuadro La masacre de los inocentes de Poussin, del vecino Museo Condé. Este cuadro le inspiraría múltiples obras. Pero la influencia más importante que le lleva a pintar es una visita a una exposición de Picasso en París, la cual le impresiona y que será una influencia en su trabajo:

«Aquellos pierrots, desnudos, paisajes y escenarios me impresionaron mucho, y después pensé que quizá yo también podría pintar».

Francis Bacon.

 

 

Bacon decidió que el tema de sus pinturas sería la vida en la muerte: debía buscar a su yo más vital, pero también al más autodestructivo. Michel Leiris le sugirió que «el masoquismo, el sadismo y casi todos los vicios, en realidad, eran tan solo maneras de sentirse más humano».

En 1929 regresa a Londres, y de forma autodidacta comienza a pintar en óleo. No obstante no había logrado el reconocimiento, y cuando cumplió 35 años, por su carácter temperamental, destruyó casi todos sus cuadros.

Es hacia 1944 cuando finaliza el tríptico Tres estudios de figuras junto a una crucifixión, Tate Moderno de Londres), un cuadro que ganó la aceptación y fue recibido muy bien por la crítica, además de ser considerado como uno de los cuadros más originales en el arte del siglo XX.

 

tres-estudios-de-figuras-junto-a-una-crucifixion1Tres estudios de figuras junto a una Crucifixión

 

Tres estudios de figuras junto a una Crucifixión, 1944.

La referencia al tema es alusiva -tres figuras, la idea de cuerpos mutilados-, no explícita. Las formas bulbosas guardan cierta semejanza con los monstruos de algunas pinturas surrealistas, movimiento con el que Francis Bacon mantiene algunas tempranas conexiones que no llegan a cuajar.

 

Francis-Bacon-crucifixión-1965-rightFrancis Bacon, Crucifixión, 1965. right

 

estudio-de-una-crucifixion-baconEstudio de una crucifixión – Bacon.

 

La referencia al tema es alusiva -tres figuras, la idea de cuerpos mutilados-, no explícita. Las formas bulbosas guardan cierta semejanza con los monstruos de algunas pinturas surrealistas, movimiento con el que Francis Bacon mantiene algunas tempranas conexiones que no llegan a cuajar.

A finales de los años 40 empezó a conformar su estilo más inconfundible. En 1949, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), compró una obra suya. También en este año comienza la serie de versiones sobre el Retrato de Inocencio X de Velázquez (Palazzo Doria-Pamphili de Roma); hoy en día se conservan más de 40. Se cuenta que Bacon se guió por fotografías y que se negó a ver el cuadro original, aun teniendo ocasión de hacerlo; hay quien sospecha que tal afirmación era una «boutade» (fanfarronada) y que sí contempló el original de Velázquez.

 

Estudio de Inocencio X de Velázquez, Francis Bacon

Estudio de Inocencio X de Velázquez, Francis Bacon.

1953, Museo: Des, 153 x 118 cm. Oleo sobre lienzo

 

 

Esta obra representa la expresión atormentada de un papa salpicado de sangre, y que se encuentra prisionero en una construcción tubular, que da la sensación de ser una especie de trono desguarnecido. El fondo está pintado con espectaculares pinceladas verticales, que desdibujan con crueldad la figura sentada, que grita con los puños cerrados. Las fuentes de Bacon suelen ser imágenes reales o tradicionales, como por ejemplo, las obras de los viejos maestros, fotografías de prensa, fotogramas o placas de rayos X. Bacon suele representar a las figuras retorciéndose de angustia, expresando un gran dolor y mostrándonos de esta manera la mente humana.

 

 

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Cabeza VI, Francis Bacon.1949.

Primer vestigio en la obra de Bacon del retrato de Inocencio X, de Velázquez. El grito primordial es el tema más destacado en estos primeros cuadros, en los que todo el rostro desaparece en la penumbra, para centrarse en la boca que grita.

 

 

Francis-Bacon - Cabeza IIIFrancis Bacon,  Cabeza III.

 

 

Un carácter singular

Francis Bacon realizó algunas de las pinturas más desgarradoras del arte contemporáneo (que Margaret Thatcher despreció como «asquerosos trozos de carne»), pero su carácter era tan atípico como poco dado a llamar la atención. En 1964 conoció a George Dyer, su amante por muchos años, de la manera más chocante: le sorprendió robando en su taller y (según relató el mismo artista) terminaron la noche acostándose juntos. Su relación fue más bien tormentosa, si bien inspiró múltiples obras al artista, y Dyer terminó suicidándose con barbitúricos en 1971. Tres años después Bacon inició su relación más estable, con el joven John Edwards, quien heredaría sus bienes (valorados en 11 millones de libras).

 

Al contrario que Andy Warhol, el otro gran artista homosexual de su época, Bacon llevaba una vida más bien solitaria y poco dada a escándalos. Vivió etapas de promiscuidad sexual y tenía gustos e intereses inusuales, pero vestía de forma austera y seguía una rutina diaria más propia de un vulgar trabajador. Después de pintar, acudía a pubs a beber cerveza.

 

Francis-Bacon- Tres estudios para el retrato de George Dyer-c-1966Francis Bacon, Tres estudios para el retrato de George Dyer. 1966

 

 

Francis-Bacon- Estudio de cabeza de Geogre Dyer-1967Francis Bacon, Estudio de cabeza de Geogre Dyer. 1967

 

Bacon se descubre cada vez más como alguien muy vinculado a su tiempo y a otros contemporáneos suyos por la deformación del cuerpo humano, la técnica cercana al informalismo dentro de una figuración peculiar, el interés por el espacio, la conciencia aguda de la soledad y la indefensión del ser humano en el mundo moderno.

 

 

Francis-Bacon - Autorretrato -1976

Francis-Bacon – Autorretrato -1976

 

 

Estudio para retrato (Isabel Rawsthorne), 1964. Estudio para retrato (Isabel Rawsthorne), 1964.

 

La falta de coordinación espacial entre el personaje y la silla en que se sienta -una constante de muchos retratos del pintor- revela hasta qué punto obedecen a sistemas pictóricos diferentes, en cuya contradicción radica el efecto provocado en el espectador.

 

Francis Bacon – Tres estudios para la izquierda de un retrato Francis Bacon – Tres estudios para la izquierda de un retrato

 

 

francis-bacon-study-for-self-portrait-1982 Francis-Bacon – Estudio de un autorretrato -1982

 

Curioso y anárquico, Bacon acumulaba en su taller innumerables recortes de prensa y fotografías de obras de arte antiguas, especialmente de Velázquez. También le interesaban las viejas películas de atletas saltando y corriendo, así como de aves y demás animales, pues le fascinaba el movimiento de los seres vivos.

El taller de Bacon estaba tan desordenado, que el artista pisaba sus propias obras. Solía desechar bastantes si no estaba satisfecho con ellas; en cierta ocasión entregó varias a un electricista que había acudido a reparar algo. Décadas después, estas piezas fueron subastadas y alcanzaron altas cifras.

El taller de Bacon fue donado por su heredero John Edwards al museo Hugh Lane Municipal Gallery de Dublín. Fue desmontado y trasladado como una obra de arte en sí misma a dicho museo

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El Retrato Conceptual

 

 

Bacon pareciera preguntarse sobre lo que hay detrás de la apariencia, o ¿cuando no hay apariencia que hay?

 

RetratoRetrato, Francis Bacon

El pintor dice: «la mayor parte de un cuadro siempre es convención, apariencia y eso es lo que intento eliminar de mis cuadros. Busco lo esencial, que la pintura asuma de la manera más directa posible la identidad material de aquello que representa. Mi manera de deformar imágenes me acerca mucho más al ser humano que si me sentara e hiciera su retrato, me enfrenta al hecho actual de ser un ser humano, consigo una mayor cercanía mientras más me alejo».1

 

Despojamiento de la consistencia imaginaria, Bacon encuentra el ser cuando se desentiende de la apariencia, el vacío en el que se construye la existencia; lo que él llama el «accidente» a partir del cual surge el cuadro.

Pero llegados a este punto, ¿qué es lo que surge?, el rostro. Los retratos de sus amigos, a los que les pone el nombre, y los autorretratos constituyen la producción más abundante de su obra.

 

 

1, GILLES DELEUZE. Francis Bacon. Logique de la sensation. Éd. De la Différence. 1996. p.198.

 

 

autorretrato-francis-baconAutorretrato, Francis Bacon.

 

 

Tres estudios para un autorretrato

Tres estudios para un autorretrato, 1979-1980, óleo sobre lienzo, 37.5 x 31.8 cm.

Nueva York, The Metropolitan Museum of Art.

 

 

 

 

SUS OBRAS: Antecedentes y características:

 

Los cuadros de Bacon tienen influencia de Munch en los trazos y de las tonalidades de Van Gogh; también se percibe la influencia de Goya ya que plasmó la angustia en sus cuadros. En sus cuadros trabajó la representación de la figura masculina o femenina, que por lo general aparece de forma desfigurada e incluso de forma aterradora, en espacios cerrados y oscuros.

Los retratos y autorretratos son una gran parte de las pinturas; destaca entre ellos George Dyer en un espejo, 1968, del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, en donde refleja la fragilidad del ser. Refleja la época que vivió, la Segunda Guerra Mundial.

En otros cuadros como Cabeza rodeada de carne de vaca, 1954, del Instituto de Arte de Chicago, y en la serie Perros que gruñen, Bacon refleja el belicismo, la capacidad del ser humano por ser cruel, violento y la inclinación de la naturaleza humana por la violencia.

Bacon era fiel a la idea de que el arte más grande te devuelve siempre a la vulnerabilidad de la situación humana, su obra es una constante reflexión sobre la fragilidad del ser.

Bacon comienza a utilizar fotografías de raxos X en su obra, que ya se centra en retratos y representaciones de la figura humana. También cobran notable importancia los estudios fotográficos de figuras y animales en movimiento realizados por Eadweard Muybridge a finales del siglo XIX, que serán punto de partida de múltiples cuadros.

Poco a poco, la relación entre la figura y el espacio pictórico se va definiendo; aparecen los cubos lineales que, como jaulas transparentes, aíslan la figura del entorno. Empieza también la proyección internacional de su carrera con la primera exposición individual en Nueva York, en 1953, y su selección para el pabellón británico de la Bienal de Venecia al año siguiente, junto con Ben Nicholson y Lucian Freud. En los años sesenta su lenguaje adquiere la madurez definitiva.

 

 

francis-bacon-self-portrait-1972-b Francis Bacon, Autorretrato, 1972

 

 

En cuadros como Cabeza rodeada de carne de vaca

Francis Bacon, En cuadros como Cabeza rodeada de carne de vaca. Oleo sobre lienzo, 1952.

 

Segunda versión de pintura

Segunda versión de pintura, 1946, 1971. Francis Bacon

 

Francis Bacon, Perros que gruñen Francis Bacon, Perros que gruñen

 

Francis-Bacon-Retrato de George Dyer en el espejoFrancis-Bacon-Retrato de George Dyer en el espejo-1968

 

Tres retratos: retrato póstumo de George Dyer, autorretrato, y retrato de Lucian Freud
Tres retratos: retrato póstumo de George Dyer, autorretrato, y retrato de Lucian Freud. 1973

Bacon pinta a las personas de su círculo más íntimo, retazos de su propia vida; rostros y nombres que resultan familiares a todos los aficionados a su pintura, como Isabel Rawsthorne, Henrietta de Moraes, Lucian Freud o Georg Dyer, el modelo más frecuente en estos años cuyo suicidio en 1971 dejaría honda huella en el pintor. El profundo impacto de sus cuadros y las connotaciones escabrosas de muchos de ellos extienden su fama durante esta época mucho más allá de los círculos estrictamente artísticos. Las numerosas exposiciones retrospectivas que se le dedican en todo el mundo así lo certifican, pero singularmente las dos de la Tate Gallery de Londres -en 1962 y 1985- y la del Guggenheim de Nueva York en 1963-1964.

 

El «Grito primordial»

En el año en que Bacon se independiza de la familia y se establece en Londres. Tras una breve estancia en Berlín, luego pasa dos años en Francia, cerca de Chantilly. Allí visita con frecuencia el Museo Condé, donde se conserva La matanza de los Inocentes (1630-1631), de Poussin. La figura de la madre gritando cuando le arrebatan a su hijo le impresionó vivamente, hasta el punto de convertirse en una imagen recurrente en sus primeras pinturas junto con otro grito famoso, el de la enfermera herida con los quevedos rotos en las escaleras de Odessa que aparece en «El acorazado Potemkin», la legendaria película de Sergei Eisenstein de 1925.

La exposición de Picasso en París, en la galería de Paul Rosenberg, en 1927, le decide a iniciarse en la pintura. Picasso le muestra «que hay todo un territorio que, en cierto modo, no ha sido todavía explorado, de formas orgánicas relativas a la figura humana que la distorsionan por completo». Ese será, ya para siempre, el territorio pictórico de Bacon.

 

La Matanza de los inocentes (1626). Nicolás PoussinLa Matanza de los inocentes (1626). Nicolás Poussin

 

Enfermera herida Enfermera herida con los quevedos rotos, Acorazado Potemkin

 

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Retrato de un hombre con gafas III - 1963

Francis Bacon, Retrato de un hombre con gafas III – 1963

 

Francis Bacon, Retrato 49Francis Bacon, Retrato 49

 

Figura con aguja, (Figura yacente con aguja hipodérmica), Francis Bacon.1963Figura con aguja, (Figura yacente con aguja hipodérmica), Francis Bacon. 1963

La figura se encuentra tumbada sobre una cama y le atraviesa el muslo una aguja hipodérmica que le clava la misma cama. El mismo Bacon afirma que ha puesto las figuras sobre la cama con una aguja para que nos demos cuenta de que está mejor clavada en la realidad.

Y ha utilizado una jeringuilla en vez de un clavo porque le parece un medio «menos estúpido» según sus palabras textuales. De la figura emana una sensación de quietud, pero no nos comunica eso únicamente, al mismo tiempo percibimos en ella algún tipo de crisis. La idea de la muerte se insinúa en sus obras e incluso las mismas figuras parece tener conciencia de su misma muerte, de su condición de seres animales que van a morir.

 

Francis BaconAmantes, Francis Bacon.

Bacon descubrió que la forma más simple y más efectiva para crear la intensa emoción que quería que sus cuadros transmitieran, era hacerlo de una sola embestida, que todo lo que necesitaba era una cara o una figura, apenas esbozada, una jaula o una cortina partida.

A partir de estas consideraciones, que dieron lugar a innumerables cuadros impregnados de su sugestivo estilo, todo movimiento humano y toda expresión serían de su incumbencia: los amantes en la cama, los bebedores en el bar, los cuerpos de los luchadores revolcándose en la arena.1

 

Observar a los animales, generalmente en reportajes fotográficos, le sirvió a Bacon de entrenamiento para develar y expresar de forma más precisa el instinto humano. Bacon sólo quería captar ese instinto, el hombre despojado de su humanidad, el hombre como animal. El resto era «una glosa a la civilización, encubridora de la maraña de furia y del bramido de miedo que se escondían en grandes cantidades en seres humanos»

Bacon basa pues su producción artística en la obsesiva representación del cuerpo del hombre como animalidad.

 

 

Bacon va a representar icónicamente el cuerpo como un objeto mutilado que regresa a la animalidad, que se encierra y enfrenta a sí mismo deconstruyendo las convenciones de género y desafiando no sólo la gramática de los sexos -en particular los estereotipos de la masculinidad- sino la anatomía de nuestra precaria carne, la que pese a nuestra obsesión cosmética por mantenerla en forma y -poder así- responder a los apetitos de su propia condición animal y autodestructiva, tiende a  disgregarse y desaparecer.2

 

 

 

 

1. PEPPIAATT, Michael, Francis Bacon; Anatomía de un enigma, Editorial Gedisa, Barcelona, 1999, p.162.

2. CORTES, José Miguel G., Orden y caos; un estudio cultural sobre lo monstruoso en las artes. Editorial Anagrama Barcelona 1997, p195.

http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl/CDA/texto_simple2/0,1255,SCID%253D14078%2526ISID%253D499,00.html

 

Francis Bacon, Tres estudios para un autorretrato, 1979; y Tríptico, 1972., en el Museo del Prado, Madrid.

Francis Bacon, Tres estudios para un autorretrato, 1979; y Tríptico, 1972., en el Museo del Prado, Madrid.

 

Francis Bacon, Tres estudios para un autorretrato, 1979; y Tríptico, 1972., en el Museo del Prado, Madrid.Tríptico, óleo sobre lienzo, 19871, 98 x 147.5 cm, Londres, The Estate of Francis Bacon.

 

 

A lo largo de toda su carrera Bacon recurrió al informalismo, al expresionismo y al surrealismo, pero sus cuadros pertenecen al racionalismo. Sin embargo, para algunos autores la obra de Francis Bacon no pertenece a tal corriente. Se trata de una pintura de corte expresionista pero muy difícil de clasificar, porque nunca perteneció a ningún movimiento artístico. Simplemente prosiguió lo que él consideró (en las entrevistas que le hizo David Sylvester a lo largo de los años sesenta) una línea pictórica postpicasiana, siguiendo la vía abierta que Picasso dejó con la figuración y la representación obsesiva del cuerpo humano. Según el filósofo francés Gilles Deleuze, autor de uno de los ensayos que mejor analizan la obra del pintor (Francis Bacon: Logique de la sensation), la figuras de Bacon son las que mejor representan al hombre del siglo XX: si Cézanne lo hizo con el paisaje, Giacometti y Bacon llevaron al hombre a su mejor representación artística, en relación al hombre angustiado por la vida, pero entusiasmado por el arte.

Además del Museo Thyssen, otros museos españoles que cuentan con obra de Bacon son el Museo Reina Sofía de Madrid (Desnudo tumbado) y el Museo de Bellas Artes de Bilbao (Figura recostada ante un espejo).

 

 

Bacon, En una época

Bacon es una de las voces más potentes y singulares del arte de la segunda mitad de siglo XX. Sólo eso explica su consagración en una escena artística -la de los años cuarenta y cincuenta- dominada por la abstracción. Es cierto que la pintura británica posterior a 1945 mantiene una importante veta figurativa -Graham Sutherland, Lucian Freud, R.B. Kitaj, David Hockney-, pero la implacable individualidad de la obra de Bacon se resiste a toda clasificación escolar. Al igual que otros grandes pintores figurativos de su tiempo -comoel francés Balthus, el español Antonio López o su amigo Lucian Freud-, el suyo es un camino solitario, cegado para posibles seguidores, aunque no por ello ajeno al espíritu de su época. Bacon se mantuvo activo hasta el año de su muerte, que le sorprendió en Madrid cuando se disponía a inaugurar una exposición de su obra última.

 

Retrato de John Edwards, óleo sobre lienzo, 198 x 147.5 cm, Londres, El estado de Francis Bacon.Retrato de John Edwards, óleo sobre lienzo, 198 x 147.5 cm, Londres, El estado de Francis Bacon.

 

Dos figuras con un mono

FRANCIS BACON, Dos figuras con un mono, 1973

Óleo s/tela, 147,9 x 198,3 cm.

 

Hacia el realismo

Cuando se instalado en Londres definitivamente en 1928, se gana una cierta reputación como interiorista en un estilo entre la Bauhaus y el Art Déco. La pintura, en la que se inicia de forma autodidacta, va ganando terreno hasta convertirse en su única actividad. Poco se sabe de la obra anterior a los años cuarenta, puesto que el propio Bacon la destruyó en su mayor parte; pero en 1936 envía algunas obras a la Exposición Surrealista que son rechazadas, en una suerte de premonición de que su destino no está en el mundo de los sueños, sino en el de la experiencia de lo real.

 

francis-bacon-figure-in-movement-1985

 Francis Bacon, Figura en movimiento, 1985

 

Francis Bacon Estudio de un cuerpo humano (tríptico), 1970

Francis Bacon, Estudio de un cuerpo humano (tríptico), 1970

 

 

Francis Bacon Estudio de Isabel Rawsthorne, 1970 Francis Bacon, Estudio de Isabel Rawsthorne, 1970

 

 

Francis-Bacon-composition-1933Francis-Bacon-composition-1933

 

Francis Bacon Figura reclinada, 1959 Francis Bacon, Figura reclinada, 1959

 

 

Francis Bacon Tríptico inspirado en La Oresteia de Aeschylus, 1981 Francis Bacon, Tríptico inspirado en La Oresteia de Aeschylus, 1981

 

 

bacon-3Francis Bacon, 1981

Francis Bacon, famoso por sus oscuras y retorcidas imágenes de personas (que son las que más me impresionan) y animales consideradas como algunas de las más poderosas en el arte.

 

Uno de los ensayos que mejor analizan la figura de Bacon es el del filósofo francés Gilles Deleuze, autor de Francis Bacon: Lógica de la sensación, en el que dice que las figuras de Bacon son las que mejor representan al hombre del siglo XX: si Cézanne lo hizo con el Paisaje, Giacometti y Bacon llevaron al hombre a su mejor representación artística, en relación al hombre angustiado por la vida, pero entusiasmado por el arte.

 

Lucian Freud  Francis Bacon.

Lucian Freud, Francis Bacon. Oil and chaorcoal on canvas

El retrato es de Francis Bacon, amigo de Lucian Freud y es uno de los dos únicos que pintó de él entre los años 1956 y 1957.

 

 

 

 

Cotizaciones astronómicas

El arte de Francis Bacon ha experimentado un extraordinario repunte de precios en el mercado de las subastas. Apreciado sólo por unos pocos conocedores y coleccionistas hasta que alcanzó una edad madura, Bacon vio cómo sus precios ascendían a principios de los años 90, pero no vivió lo suficiente para presenciar este fenómeno en todo su actual alcance. Él parecía mantenerse ajeno a su éxito; mantenía su rutina aparentemente insípida (anodina) y vestía con ropajes oscuros y aspecto más bien bohemio. Bacon suscribió en 1954 un contrato de exclusividad con Marlborough, que se mantuvo hasta su fallecimiento. Este acuerdo incluía no sólo la venta de sus obras, sino también los derechos de reproducción fotográfica de las mismas. En 2003, Marlborough mantenía un litigio con el Bacon Estate (herederos de Bacon)..

Según la revista Descubrir, son varios los coleccionistas españoles que cuentan con obras de Bacon, un fenómeno inusual tratándose de una artista contemporáneo extranjero, tan cotizado y de estilo cuando menos inquietante. Se cuenta que Alicia Koplowitz poseía un cuadro suyo, y que lo vendió porque le resultaba desagradable para su casa. Hubo de ser una decisión equivocada, pues poco después los precios del artista se elevaron exageradamente. El empresario Juan Abelló posee tal vez el mejor repertorio de Bacon en España, con dos trìptico y un raro dibujo de 1933.

 

Francis Bacon Estudio de un retrato de un hombre en azul, 1952 Francis Bacon, Retrato de un hombre en azul. 1952.

 

PerroFrancis Bacon, Perro.

 

Francis Bacon, Figura DurmeindoFigura durmeindo, Francis Bacon. 1974

 

Francis Bacon Mujer desnuda de pie en la entrada de la puerta, 1972 Francis Bacon, Mujer desnuda de pie en la entrada de la puerta.1972.

 

Tres estudios para el retrato de Isabel Rawsthorne, 1968Francis Bacon, Tres estudio para el retrato de Isabel Rawsthorne.1968.

 

Estudio de figura II, 1945-46Francis Bacon, Estudio de figura II.1945 – 1946

Bacon en el cine

El personaje de Francis Bacon fue llevado al cine por el director John Maybury en 1998, en la película Love is the Devil (El amor es el demonio). Derek Jacobi encarnó a Bacon, y el personaje de su pareja George Dyer fue interpretado por un joven Daniel Craig, luego famoso como nuevo actor fijo para las películas de James Bond. En la película intervino también Tilda Swinton.

Bacon en el cine

Bacon en el cine 2

Francis Bacon, Pintor Ingles.

Francis Bacon

Retrato, Por Francis BaconFrancis Bacon, Retrato.

 

Francis Bacon Autorretrato, 1976  Atorretrato, Francis Bacon – 1976

Francis Bacon Estudio de un autorretrato, 1973 Francis Bacon, Estudio de un Autorretrato. 1973

Retrato de Goerge Dyer manejando una bicicleta, 1966.Francis Bacon. Retrato de George Dyer manejando una bicicleta, 1966.

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